El triangulo de seguridad, el sistema a tener en cuenta en las cirugías plásticas

Las cirugías plásticas siempre conlleva riesgos, lo importante es minimizarlos a su más mínima escala y en caso de presentarse poder contar con un recinto que pueda sobrellevarlos y profesionales capacitados para afrontarlos. En Clínica Aurea te contamos sobre el triangulo de seguridad, método que debería conocer todos los pacientes de cirugías plásticas.

El pasado 21 de octubre se clausuró por primera vez en 7 años un establecimiento de salud, el recinto fue cerrado luego de no respetar la prohibición de funcionamiento y generar graves lesiones a una mujer durante una cirugía. Esto podría haberse evitado siguiendo las recomendaciones propuestas por el «Triángulo de Seguridad», sistema que busca reducir complicaciones que conlleva las intervenciones o cirugías estéticas.

Toda cirugía plástica conlleva riesgos, lo principal es que estos se minimicen a través de antecedentes médicos, profesionales capacitados y recintos que cuenten con la infraestructura o capacidad para sobrellevar una posible complicación.

Tomando en cuenta esto el año 2016 la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica creó el triangulo de seguridad, medida basada en la Patient Safety Diamond de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética y que fue impulsada por la ex presidenta de la institución y cofundadora de la Clínica Aura la Dra. Montserrat Fontbona.

En qué consiste el triángulo de la seguridad

Esta medida de seguridad está compuesta por tres aristas: como eje central está un paciente informado, luego un cirujano plástico certificado y para finalizar y no menos importante un recinto autorizado que debe cumplir con las normativas y reglamentos.

El eje central del triángulo de seguridad es un paciente informado, el cual debe proporcionar toda información médica y personal al médico tratante antes de realizarse cualquier procedimiento. Esto con el fin de que el doctor le explique los riesgos que conlleva la intervención y cómo estos se pueden evitar.

El segundo punto es un médico certificado en cirugía plástica, lo que es un problema en Chile por lo que explica la ex presidenta de SCCP la Dra. Montserrat Fontbona,ya que “por cada cirujano plástico certificado, hay cinco que no lo son, esos otros cinco han hecho un curso o han aprendido con alguien, pero no tienen la formación suficiente para manejar complicaciones”.

El tercer punto es que el lugar o recinto donde se haga la cirugía debe cumplir con normativas, reglamentos y certificación que exige el Ministerio y la Superintendencia de Salud. Este procedimiento está a cargo del seremi de salud el cual verifica y da el visto bueno cuando ve que el lugar está capacitado para manejar complicaciones o que pueda derivarlo oportunamente a otro centro donde puedan tratarlo.